La historia de los microcréditos en el ámbito financiero es reciente. No obstante, ha sido un acierto desde todo punto de vista. Su origen se sitúa en el sudeste asiático, con la visión de una persona de alta sensibilidad social en un entorno muy constreñido económicamente.
El sistema otorgaba préstamos de ciertas cantidades de dinero a personas deseosas de emprender pequeños proyectos, pero que no eran candidatos aceptables de bancos ni entidades financieras. Ni mucho menos podían solicitar el auxilio de los prestamistas, que existen en todas partes, por las condiciones que estos aplican para incrementar el rendimiento del capital.
Esta idea de facilitar dinero en pequeñas sumas a gente con escasa capacidad adquisitiva permitió el desarrollo de emprendimientos familiares. Y como recompensa a la confianza del prestador, prácticamente la totalidad de los prestamos han venido pagándose a los prestatarios.
Este sistema se popularizó en muchos países y con la creación de Internet también se ha hecho presente en empresas que trabajan en línea como Binixo Argentina. La cual, perfeccionando la idea original, nos permite obtener microcréditos en tiempo récord para dar empuje a algún proyecto limitado por nuestra capacidad financiera.
La facilidad de recibir uno de estos soportes económicos debería dirigirse siempre a actividades que además, permitan generar ganancias. De ese modo, desarrollar un historial crediticio que sirva de aval para iniciativas de mayor envergadura es realizable.
Muchas veces conseguimos personas que nos plantean imágenes factibles de convertir en negocios rentables. Sin embargo, la mayoría de ellos no tienen la manera de encontrar el capital que se requiere para hacer la inversión y transformar dicha idea en un proyecto viable.
Ahora, con la ayuda que proporciona esta empresa, les es posible conseguir un poco de dinero para comenzar en pequeño con tal emprendimiento. Y el individuo puede empezar a darle forma a su imagen mental sabiendo que la deuda será cubierta con las ganancias obtenidas.