La ayuda domiciliaria va destinada a aquellos que necesitan cooperación extra para atender a sus familiares cuando han llegado a la ancianidad. En este sentido, este servicio va destinado directamente a los adultos mayores y su finalidad es procurarles el mayor nivel de bienestar posible.
Tener clara esta idea es fundamental, porque esto determinará el tipo de ayuda que buscaremos para la asistencia de nuestros familiares. Al pensar primeramente en nuestra comodidad es probable que la decisión sea residenciarlos en centros geriátricos y en buena parte desentendernos del tema.
Pero al considerar de forma prioritaria los beneficios que el servicio tendrá para ellos, descubriremos que pasar la vejez en casa es lo ideal para su bienestar, y esto también trae ventajas para nosotros.
Ventajas de tener ayuda domiciliaria
Si bien la ayuda domiciliaria es un servicio que coopera con nuestro deber de asistir en la vejez a nuestros padres y abuelos, debe considerársele principalmente como una forma de mejorar su calidad de vida frente a la dependencia e indefensión que caracteriza dicha etapa, así como las condiciones especiales que pueden debilitar su estado de salud.
En este sentido, teniendo en cuenta los beneficios que aporta a sus principales destinatarios, ofrece múltiples ventajas.
La primera de ellas, es la permanencia en el hogar. De acuerdo con los gerontólogos, lo más recomendable para la salud y bienestar de los adultos mayores es envejecer en el hogar, junto a sus familiares; esto se basa en los muchos beneficios que esto tiene en su estado de ánimo y en consecuencia, en su salud.
Esto a su vez, les permite tener mayor intimidad. Cuando llegamos a cierta edad perdemos muchas habilidades y nos volvemos dependientes, es como ser niños nuevamente; sin embargo, no lo somos y que nuestras necesidades más íntimas, especialmente las asociadas a la higiene sean atendidas en una residencia, es incómodo para muchos.
Llegar a la vejez no tiene por qué ser una etapa triste y solitaria, con la ayuda domiciliaria es posible compartir con nuestros padres y abuelos en casa, sabiendo que reciben la atención que necesitan.